domingo, 21 de octubre de 2012


GASOLINERAS “LIBRES”, LA  ALTERNATIVA DE FUTURO PARA LLENAR EL DEPÓSITO MÁS BARATO.

Llenar el depósito de los vehículos va camino de convertirse en una actividad de lujo. Casi a diario, los precios de la gasolina y el gasóleo rompen los récords históricos conseguidos sólo jornadas atrás merced a unos precios -antes de impuestos- que se encuentran entre los más altos de Europa.

El Gobierno decidió tomar cartas en el asunto y solicitó a la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) y a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) sendos análisis sobre la situación del sector. Esta semana se conocían los resultados de sus estudios, en los que exponen un diagnóstico claro y contundente: la falta de competencia, las alta concentración empresarial y el difícil acceso a los mercados están detrás de los elevados precios de los carburantes en España y de los altos márgenes de sus operadores.

Las radiografías efectuadas por ambos organismos señalan a un reducido número de actores dominantes –Repsol (42%), Cepsa (18%) y BP (12%)- que marcan el ritmo del sector, mientras que agentes de menor tamaño tratan de abrirse hueco poco a poco entre los consumidores. Entre ellos se encuentran las estaciones de servicio 'libres' o 'blancas'.

Se trata de gasolineras que no se 'visten' con los colores y logotipos de las petroleras que todos reconocemos, sino que surgen de la iniciativa de un propietario que decide entrar en el negocio sin el respaldo de un gran operador. No existe ningún vínculo contractual entre ellos, aunque sí se relacionan a diario a través del proceso de suministro.

Y es que las grandes petroleras que están detrás de algunas estaciones de servicio, al mismo tiempo, venden a las gasolineras 'liberadas' el combustible que luego comercializan. El proceso es sencillo. Los propietarios de un punto de venta 'blanco' acuden a los mercados internacionales, donde están presentes estas petroleras, y compran el carburante a quien realiza la oferta más baja. Así, tanto unas estaciones como otras trabajan con la misma materia prima que suministran los mismos proveedores y operadores del sector. ¿Existe, pues, alguna diferencia entre el combustible que repostamos en una gasolinera 'libre' y el de una 'abanderada'? Según Alfredo Hernández, asesor jurídico de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), sus productos son "totalmente equiparables, no hay ninguna distinción".

Lo que marca la diferencia es la libertad de la que gozan los propietarios liberados para establecer de forma independiente sus precios de venta al público. En este aspecto, ellos maniobran con el margen de ganancias que aplican al producto y no dudan en reducirlo para ofrecer a los clientes precios más bajos y atractivos.

En algunas zonas, especialmente en los núcleos urbanos, esta estrategia presiona a la baja los precios del entorno, sin embargo, en enclaves menos poblados y con menos tránsito de tráfico, las gasolineras 'blancas' apenas tienen influencia y deben seguir el ritmo marcado por los agentes dominantes.

Aún así, sus beneficios suelen ser mayores que los de un abanderado. El dueño de una estación de servicio 'blanca' puede recoger unas ganancias de entre 15 y 25 pesetas por litro (entre 9 y 15 céntimos de euros) -en el sector, los beneficios por litro se siguen midiendo en pesetas-, mientras que la media de un propietario convencional ronda las 9 pesetas (5 céntimos de euro). El resto, va a parar a las operadoras que los respaldan, detalla Alfredo Hernández.

 

Pienso que es una muy buena iniciativa ya que el precio de la gasolina se reduce y es más asequible al consumidor. Estas “marcas blancas” compiten con los mismos carburantes pero a un precio más bajo, lo que hace que el consumidor se ahorre dinero. Además sus beneficios pueden triplicar a los de una estación “convencional”, así el propietario, que ha llevado a cabo la iniciativa, también aumenta sus ganancias.
Por tanto la economía del consumidor como la del propietario se vería beneficiada.

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